19.11.06

“La Literatura me salvó la vida” ( Pedro Mairal )

El miércoles 20 de septiembre se realizó en el auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) una conferencia con algunos de los escritores que formaron parte de la antología de cuentos “La Joven Guardia” (2005) con prólogo y selección de Maximiliano Tomas.
El día había sido largo y al promediar las 20 hs. el cansancio me ganaba, tres líneas de fiebre me decían que estaba autorizada a ir a casa, pero decidí no escucharlas y tomé un taxi directo a Sociales. Presenciar el evento me invadía de curiosidad. Había leído el libro un domingo, uno de esos en que es mejor meterse en la cama y adentrarse en una buena lectura a plantearse dudas existenciales.
Florencia Abbate, Pedro Mairal, Washington Cucurto, Mariana Enríquez. Cuatro de los veinte escritores que participaron de la antología estarían presentes, así como también Maximiliano Tomas. Mi mayor intriga era Mariana ya que había leído un libro de su autoría “Bajar es lo peor”, que sencillamente me había encantado. Pero también me preguntaba por Cucurto, su cuento “Una mañana con el Hombre del Casco Azul” contenía muchos valores camuflados en un relato muy simple. En algún momento trabajé en un hipermercado y la historia de Cucurto me resultaba más que familiar.
A las 21.30 hs. ya estaba sentada en la primera fila, quería verlos de cerca. Ingresó Santiago Castellano (coordinador del evento) y se dispuso a acomodar la mesa y las sillas que servirían de escenario, lo que sería para mí una camilla de hospital. Acomodados todos comencé a tratar de adivinar quién era quién. Me intuición me hizo acertar bastante, pero erré al creer que Mariana era Florencia y viceversa. Sin embargo no dudé que Maximiliano era Maximiliano. Tal cual lo imaginaba: el pelo revuelto, los anteojitos cuadrados, camisa verde militar. Tenía apariencia de alternativo, moderno. Hablaba mirando hacia arriba y al costado como quien está elaborando lo que dice y cómo lo dice. A mi parecer se trataba de una actitud soberbia, propia de un jefe (no nos olvidemos de que él fue el “dueño” de la selección). Maximiliano explicó cómo fue su criterio en la elección de los autores y como lo menciona en el prólogo los requisitos eran: ser menor de 35 años, tener al menos una obrar publicada y que los textos tuvieran calidad literaria.
Mariana Enríquez no parecía lo que esperaba, su perfil era un tanto ácido. Su ropa mostraba el historial que había tenido siendo cronista de Rock, las noches persiguiendo bandas como La Bersuit se le notaban hasta en la manera que estaba sentada. Si bien intervino bastante en la charla, estuvo unos largos minutos en silencio después de haber “discutido” con una persona del auditorio. Mariana había contado a modo gracioso sus pasos en la literatura haciendo mención de su presencia en un programa de TV de Lía Salgado, más tarde afirmo: “la gente no sabe leer”, fue algo despectiva en su opinión y eso embroncó a una espectadora que mencionó el dato del bajo analfabetismo que hay en el país y sin que Mariana pudiese abrir la boca le dijo:
“quizás la gente que no sabe leer mira a Lía Salgado”. Tensión en la sala.
Florencia Abbate por el contrario se desenvolvió muy dulcemente, contestaba sonriente las preguntas, era cordial con el auditorio y me dio la sensación de que trató de mediar en varias oportunidades de modo que la charla perdiera espesor. Florencia tiene una gran trayectoria. Es Doctoranda en Letras, escribe poesía y narrativa, así como también colabora para medios como crítica cultural y además tiene su propia editorial.
Pedro Mairal se mostró simple y relajado. Fue muy elocuente en sus comentarios. Al intervenir en el debate de si existe o no una generación de escritores opinó que para él de una generación son “los que se emborrachan juntos”, reduciendo todo a que no existe tal generación. También habló de los múltiples lugares que ocupó en el mundo de las letras, contó que escribió el libro “Una Noche con Sabrina Love”, que fue premiado y hasta se filmó una película basada en el mismo. Mientras que a su obra siguiente (según Mairal) no la leyó ni su madre. Lo más llamativo y emocionante fue cuando confesó que la literatura le salvó la vida. Vaya a saber uno qué era lo que le estaría pasando cuando abandono sus estudios de medicina para arroparse entre papel y lápiz .

Y terminando, Cucurto, tipo inteligente y sagaz si lo hay, es el creador de la editorial Eloisa Cartonera. Con su emprendimiento dio oportunidades a muchos escritores que con cartón y fotocopias pudieron editar sus obras. Cucurto contestó, se enervó, jugó con sus colegas y con el auditorio a su modo. Y como si fuera poco se convirtió en la frutilla del postre respondiendo una pregunta a un estudiante acerca del elitismo del libro por su valor económico. “Elitista es que en este país no haya trabajo, no que cuatro pibes se junten a escribir un libro o a boludeear en un blog”. Aplaudo a Cucurto
La charla terminó, lo curioso: me fui sin fiebre. Parece que enriquecer el alma cura. Concuerdo con Mairal, la literatura salva.

Paola Coriza
Com.65

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